A menudo las mujeres se preparan muy bien de cara el parto pero se olvidan de lo más importante, prepararse para la crianza de su bebé.
Las redes sociales no ayudan en absoluto, puesto que nos empujan a crearnos una imagen de cómo creemos que debe ser nuestra maternidad y su idealización queda muy lejos de la realidad. Queremos ser madres perfectas y que nuestro bebé también lo sea y eso genera un nivel de estrés brutal.
Lo más importante a tener en cuenta es que el bebé es una personita con su propio carácter y necesidades y que como madre vamos a aprender a identificarlas y a cubrirlas. Eso conlleva tiempo y mucha paciencia.
Para poder tener paciencia la clave es descansar tanto como sea posible, no esperando hacerlo por la noche, ya que los bebés es cuando suelen estar más inquietos. Así que las siestas a cualquier hora del día cuando nuestro bebé duerma serán nuestro gran aliado.
Por otro lado, podemos organizarnos con antelación contando con apoyos (familiares, amigos o alguien contratado) para ayudarnos con la logística (comprar, limpiar, cocinar, ordenar, etc.) ya que un bebé requiere atención completa y a veces no nos deja tiempo ni para una ducha! Los apoyos especializados también son de gran ayuda, asesora de lactancia, una doula, una pediatra de confianza, etc.
Salir a la calle a diario es importantísimo, que nos de el aire, baños de sol (aunque sea invierno y haga frío) nos darán energía nueva y mucha vitamina D (que es maravillosa para levantar el ánimo)
Por último os diría que hacer “tribu” con otras madres es clave para darnos cuenta que lo que estamos viviendo es totalmente normal, habitual y conocer trucos de otras mujeres que están pasando por ello, a menudo, hablar de ello y no sentirse juzgada es la mejor de las medicinas!